Después de casi tres meses de inmovilización obligatoria, el MINSA dio luz verde a la práctica de deportes individuales y ante ello, Gabriel Villarán no la dudó más y se fue directo al templo de Punta Rocas a vacilar con unas buenas bombas.
Después de casi tres meses de inmovilización obligatoria, el MINSA dio luz verde a la práctica de deportes individuales y ante ello, Gabriel Villarán no la dudó más y se fue directo al templo de Punta Rocas a vacilar con unas buenas bombas.